Expectativas vs. realidades

Pregunta: ¿Qué expectativas trae el estudiante y qué realidad encuentra?

 Después de tu respuesta déjanos tu información: nombre (opcional), edad, posición académica (profesor, investigador, estudiante, etc.), institución.

15 comentarios:

  1. En primer lugar, es atraído por el plan de estudios y las líneas de investigación. Una vez que ingresa, puede que el/la docente de cada materia no cubra las expectativas que el alumnado tiene, ya sea porque no está bien preparado o porque sus conocimientos no logra transmitirlos como docente-investigador.
    Un posgrado de calidad (con el uso de las TIC's) debe tener un excelente acervo bibliográfico y suscripción a revistas indexadas impresas y digitales. Además debe contar con una infraestructura que le permita al estudiante establecer contacto por video conferencia con otros especialistas no sólo sobre el tema de tesis, sino también de las materias que oferta el plan de estudios.
    En este momento que los egresados de las Licenciaturas en Historia, se enfrentan al desempleo y trabajo mal remunerado, un posgrado de calidad y con becas de CONACYT permite extender su formación académica, pero no asegura el trabajo a su egreso.
    Me parece que estos programas deben captar solo un porcentaje de egresados de sus propias instituciones y la mayor parte debe provenir de otras instituciones. Pues llega haber en algunas ocasiones que el egresado de la Licenciatura continua con sus estudios de maestro y doctorado en la misma institución, sin tener otra oportunidad de movilidad académica para consolidar su formación académica.

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  2. El problema me parece, ha radicado en la difusión de la Historia como Ciencia, el de llevar información de nuestras investigaciones, más allá de la institución, es decir, trascender hacia sectores de cualquier estrato. Con el fin de que sean partícipes de la información que representa el conocimiento generado a partir de investigaciones en la historia tanto social, como económica, política, cultural, etc. El contenido sin duda, a pesar de emanar de un grupo preponderantemente investigador, tiene también el objetivo de difundir artículos digeribles y no por tanto menos importantes. Si bien, el conocimiento inductivo meramente de la Historia, es complicado, nuestra intención como estudiantes es difundirlo mediante las nuevas herramientas tecnológicas como una responsabilidad hacia nuestra sociedad. De esta manera, es importante hacer conciencia a partir de un medio como el escrito y virtual para difundir ideas y propuestas que ayuden al lector menos preparado a ser partícipe de dicha información. La realidad es que nuestro conocimiento no puede ser difundido tan facilmente y por ende, el estudiante debe buscar técnicas que le permitan difundir sus investigaciones más alla de sus posgrados.
    Juan Garces, 26 años. Estudiante de posgrado en FFyL Y CEH. UNAM

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  3. Expectativas: demasiadas. En lo personal elegí el posgrado de la UNAM por la calidad de sus docentes, y porque me parece que es un buen lugar para desarrollar investigaciones relacionadas con mis temas de interés. El problema vino cuando de repente hay seminarios repetitivos, no hay rotación de profesores (siempre son los mismos), y la variedad de temas se reduce a unos cuantos. Entonces uno ingresa con altas expectativas, aunque no toda la culpa es de la Institución, ya que a cada alumno corresponde llenar sus propias lagunas intelectuales.
    Por otro lado, la realidad ante la que uno se encuentra es que en estos tiempos tener una maestría o doctorado no te garantiza un empleo, y mucho menos un buen salario. Ingresar como profesor-investigador de una institución educativa es difícil, pero no imposible, ya que se imponen condiciones como las escasas plazas existentes y los mil trámites burocráticos para concursar por una. Peor aún, hay estudiantes que ingresan a los programas de posgrado por mero afán económico, para cobrar una beca y vivir así, de becas. Y resulta que nunca han trabajado, no tienen experiencia laboral, ni madera de investigadores, y cuando egresan no encuentran trabajo precisamente por no contar con experiencia laboral previa.

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  4. Algo sucede en la mente de los compañeros. Al ingresar a algún posgrado, las expectativas son altísimas, prácticamente parece que su vida se ha resuelto y que tienen en sus manos (o mentes), las tesis que transformaran el mundo que conocemos. Más que como alumnos, da la impresión de que se asumen como ya todos unos Honoris Causa, intelectuales consagrados, listos para dar cátedras magistrales. Por supuesto, el posgrado en que están inscritos, es el mejor del país y su asesor de tesis, es la más alta eminencia del mundo mundial, es una lucha de egos. Curiosamente, casi ninguno se pregunta ¿de que diablos voy a trabajar cuando se termine el posgrado? La realidad es que en México, pocos estudiantes traen el bagaje cultural o capital social y cultural que creen tener. Tenemos una mala formación desde la primaria ¿cuantos estudiantes de posgrado se formaron en primarias y secundarias públicas? No conozco las cifras, pero seguramente un 95% o más. La educación pública básica en México es un desastre, por ende, su formación profesional es defectuosa (licenciatura). Al llegar al posgrado, se tienen carencias muchas veces irreversibles, de entrada pocos dominan el ingles, medio se lee y menos se habla ingles en los posgrados. No se tienen técnicas de estudio ni de trabajo, poca disciplina y dedicación al trabajo, incluso acceso limitado a tecnologías como equipos de cómputo o internet. La realidad que encuentran la mayoría de los compañeros de posgrado, es que tienen expectativas muy altas de si mismos y de la institución en la que realizan sus estudios, pero la realidad es que muy pocas veces, tienen las herramientas intelectuales para cubrir sus propias expectativas, y ello se debe a que la mayoría de nosotros, recibimos una educación básica defectuosa que nos impide desarrollarnos a tope en los posgrados, tenemos defectos de formación.

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  5. Esa es una pregunta que resulta inútil. El estudiante lleva las mejores expectativas personales y morales para ejercer como investigador o docente de la Historia, con un compromiso hacia ésta y hacia su país. Sin embargo, es completamente sabido que el egresado de posgrado tiene casi nula posibilidad de ejercer como investigador o docente de nivel, aunque cumpla con los requisitos académicos y tenga la preparación necesaria. Simplemente no se abren nuevas plazas en los institutos o instituciones ni se dan opciones para que pueda irse colocando. Si el egresado de excelencia no tiene alguna influencia, pariente o amigo en ellas más le vale buscar en una escuela secundaria "patito" -con su consecuente frustración emocional y económica-, resultando en vano tantos años de estudio, esfuerzo y dedicación. Estudiante de posgrado, FFyL, UNAM

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  6. Elegí el posgrado en Historia de arte en la UNAM por las posibilidades que existen desde los estudios interculturales para el desarrollo de las múltiples investigaciones. No tengo queja alguna sobre el profesorado ni sobre los contenidos, al contrario, en la maestría se me abrieron bastas opciones para el estudio de cientos de temas de la historia tanto nacional como universal. Sin embargo, al egresar las cuestiones cambian. A pesar de los logros y alcances obtenidos al concluir el posgrado uno debe insertarse en el mercado laboral el que se nos está vedado, pues el campo en cuestión se reduce a terminar como profesor en alguna preparatoria particular y tener que tolerar lo que eso significa: aprobar a alumnos que no lo merecen por miedo a perder el trabajo; lidiar con directivos que no les interesa el verdadero aprendizaje de los alumnos, sino la matrícula, pues el número es proporcional al ingreso que la institución recibe; reducir los potenciales de una persona quien ha demostrado sus aptitudes para la investigación a un mero profesor de preparatoria; etcétera.
    Desafortunadamente, los pocos espacios existentes para laborar como investigador están supeditados a cuestiones como “ser amigo de fulanito” o “tener algún familiar o conocido en tal o cual lugar”. Después del posgrado el panorama para el egresado es árido y triste.

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  7. Elegí el posgrado en Historia de arte en la UNAM por las posibilidades que existen desde los estudios interculturales para el desarrollo de las múltiples investigaciones. No tengo queja alguna sobre el profesorado ni sobre los contenidos, al contrario, en la maestría se me abrieron bastas opciones para el estudio de cientos de temas de la historia tanto nacional como universal. Sin embargo, al egresar las cuestiones cambian. A pesar de los logros y alcances obtenidos al concluir el posgrado uno debe insertarse en el mercado laboral el que se nos está vedado, pues el campo en cuestión se reduce a terminar como profesor en alguna preparatoria particular y tener que tolerar lo que eso significa: aprobar a alumnos que no lo merecen por miedo a perder el trabajo; lidiar con directivos que no les interesa el verdadero aprendizaje de los alumnos, sino la matrícula, pues el número es proporcional al ingreso que la institución recibe; reducir los potenciales de una persona quien ha demostrado sus aptitudes para la investigación a un mero profesor de preparatoria; etcétera.
    Desafortunadamente, los pocos espacios existentes para laborar como investigador están supeditados a cuestiones como “ser amigo de fulanito” o “tener algún familiar o conocido en tal o cual lugar”. Después del posgrado el panorama para el egresado es árido y triste.

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  8. La carrera de Historia es la meejorr evaluada de las que imparte la UNAM, a nivel internacional.
    http://de10.com.mx/vivir-bien/2013/unam-la-mejor-universidad-de-mexico-a-nivel-internacional-16511.html

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  9. EL ESTUDIANTE INGRESA CON LAS ESPECTATIVAS PROPIAS DE UNA QUINCEAÑERA. LA REALIDAD ES QUE NUESTRA PROFESIÓN ES UNA CARRERA DE MUCHA RESISTENCIA Y DE SEGUIR A PESAR DE TODO AL PIE DEL CAÑÓN. EL ESTUDIANTE AL PRINCIPIO, SI TIENE SUERTE, ES ACEPTADO A PARTICIPAR A CONGRESOS, PUBLICAR EN REVISTAS, CATÁLOGOS DE EXPOSICIÓN, ETC SIN GOCE DE SUELDO. EL ESTUDIANTE NECESITA HACERSE DE UN CURRICULUM QUE A LA LARGA LE ABRIRÁ LAS PUERTAS, PERO AL MISMO TIEMPO REQUERIRA DE LOS CONTACTOS NECESARIOS QUE LO INVITEN A ACCEDER A ESE CIRCULO TAN ESTRECHO QUE ES LA HISTORIA DEL ARTE.

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  10. Al entrar al posgrado, tenía la expectativa de expandir horizontes, sobretodo en el ámbito metodológico. Si bien corresponde a los alumnos llenar esas lagunas con opciones, no hay muchas opciones para escoger. Por otra parte, la formación puede llegar a volverse tan especializada que, al terminar y al enfrentarse al mercado laboral, el egresado se encuentra incapaz de difundir lo que aprendió de manera que sea inteligible - ello no se traduce como "rebajar la dificultad" - dentro del ámbito en que se desempeñe.

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  11. El estudiante cree que al terminar la maestría y/o el doctorado, su escuela o alguna otra lo contratará rápidamente. Por eso no se preocupa, entre otras cosas, por averiguar qué puede hacer un historiador afuera de la academia y cuánto puede cobrar por su trabajo.
    Si el egresado está acostumbrado a luchar por lo que quiere y a cambiar sus planes de vida, no tendrá problema; pero si vive encerrado en la torre de marfil creyendo que allí se quedará seguro por siempre, tendrá muchos obstáculos cuando acabe su posgrado.

    Dr. Arno Burkholder, coordinador académico, Casa Lamm.

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  12. Al ingresar a la Maestría en Historia en la UNAM, esperaba encontrar profesores excelentes que pudieran ayudarme a afinar mis herramientas metodológicas y a profundizar en el conocimiento de mi período de estudio. Asimismo, deseaba ampliar mis horizontes, pues había estudiado la licenciatura en otra institución y deseaba conocer enfoques diferentes y otras formas de hacer (y de comprender) la historia. En mi caso, se cumplieron tales expectativas, incluso más de lo que yo había imaginado. Todos los seminarios que cursé fueron de enorme utilidad para el desarrollo de mi investigación y para mi formación como historiadora. Mi tutor se comprometió totalmente con mi proyecto y me apoyó en todo momento, desde el primer día hasta el examen de grado. Cuando comencé mis estudios de maestría, mi plan era cursar el doctorado en otra institución, sin embargo, ante la gran experiencia que tuve en la UNAM, decidí continuar ahí mis estudios.
    27 años, egresada de Maestría en Historia, FFyL-IIH, UNAM.

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  13. En mi caso, la maestría en Historia del Arte de la UNAM, superó con creces mis expectativas.

    Mtro. Carlos Arturo Flores Villela. CEIICH-UNAM

    villela@unam.mx

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  14. Se tiene la expectativa de buenos planes de estudio, profesores, instalaciones y que al salir de la maestría o doctorado se pueda ingresar al mercado laboral de inmediato y bien remunerado, lo que en muchas ocasiones no es así. El mercado laboral se reduce a dar clases, las cuales son muy mal pagadas o también existe la situación de que por falta de experiencia (ya que muchos jóvenes siguen sus estudios de tiempo completo), no te den la oportunidad de demostrar que puedes adquirirla con el paso del tiempo.

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  15. Si yo aún sigo en mi torre de marfil, pero si un problema no tiene solución,para que preocuparse y si la tiene para que preocuparse, cómo sea a este país ya se lo llevo la....

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